Había una vez un niño que se meaba en las paredes de casa, un hábito más de perros que de humanos. El olor a orina era bastante asqueroso.
Había una vez un niño que se meaba en las paredes de casa, un hábito más de perros que de humanos. El olor a orina era bastante asqueroso.
Jajajajajaja
mira cochinitoo