Hay personas que tienen muy poca paciencia y no soportan los ladridos de un perro. Eso es precisamente lo que ha provocado que el perro de la siguiente imagen tenga que viajar en el techo de la fuegoneta.
Hay personas que tienen muy poca paciencia y no soportan los ladridos de un perro. Eso es precisamente lo que ha provocado que el perro de la siguiente imagen tenga que viajar en el techo de la fuegoneta.