A los hombres nos atraen más un buen par de pechos bien puestos, que cualquier otra persona que nos ofrezca tomar una cervecita.
La pregunta es: ¿Pagarías más por una cerveza si la chica te enseña su delantera? Obviamente, la respuesta es sí, lo pagaríamos con mucho gusto y además, te deja pegarle un buen lametazo a todo el pezón.