Esta mujer no se esconde. Viaja en el metro después de haber descuartizado a más de uno. Lo mejor de todo es que su bolsa es muy pequeña y las piernas quedan al descubierto. ¡Qué poco tacto!
Esta mujer no se esconde. Viaja en el metro después de haber descuartizado a más de uno. Lo mejor de todo es que su bolsa es muy pequeña y las piernas quedan al descubierto. ¡Qué poco tacto!