Los brasileños son especialistas en gastar bromas verdaderamente acongojantes. Nos lo demostraron con la de la niña fantasma en el ascensor y ahora vuelven al lugar del crimen para colocar un ataúd con un muerto muy vivo.
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jjajjajajjajjajjajajjajajajajja buenisimo jajjajjajjajjajajjajajjajajjaj