Cuando consigues una victoria que te permite ganar una medalla de oro, lo más normal es que te pongas muy contento. Lo sueles celebrar dando botes de alegría o apretando el puño, pero hay quienes prefieren marcarse un bailecito para deleitar al público asistente. Ocurrió durante un combate de lucha libre que ganó Rasul Chunayev, representante de Azerbaiyán.