Si aparcas el coche a un palmo del bordillo, es posible que tu perro te mire con esta cara. No es muy agradable, pero menos gusta todavía la del perro cabreado que te mostré en abril de 2012.
Si aparcas el coche a un palmo del bordillo, es posible que tu perro te mire con esta cara. No es muy agradable, pero menos gusta todavía la del perro cabreado que te mostré en abril de 2012.